Cartel
Primer premio: Melanie Reyes Florian, del IES Isabel la Católica.

Mi cartel está basado en el pensamiento aristotélico, relacionándolo con el cuidado y centrándome en la sobreprotección (entendiendo esta en relación a la noción de exceso en Aristóteles). En Ética a Nicómaco, Aristóteles explica que la virtud consiste en el equilibrio entre dos vicios, uno por defecto y otro por exceso.
Teniendo en cuenta esta idea de virtud, ilustro eso, de manera crítica, a través de una familia, la cual no lleva a cabo los requisitos que considera Aristóteles necesarios.
En el cartel podemos observar tres figuras que pasaré a analizar de izquierda a derecha. En la izquierda, podemos observar al padre, representado como un cuervo, el cual tapa las espinas de su hijo, con la intención de no herir a otros, y se aprovecha de esto para poder
comérselo. Con ello, pone a su hijo en una posición de debilidad/inferioridad. Esto genera un sentimiento de grandeza en el padre, pues cree proteger a los demás y a su hijo de las espinas de este. En el lado opuesto de la imagen tenemos a la madre, representada con una flor seca regando en exceso a su hijo, un cactus. Esta no ha recibido suficiente riego, por lo que cree genuinamente que es mejor evitar que le pase lo mismo a su hijo, al igual que se
llega a descuidar a sí misma mientras lo hace. Finalmente, en el centro de la imagen, vemos representado al hijo, en forma de un cactus, que está siendo claramente afectado por estas acciones, ya que ahora no tiene forma de protegerse y está en proceso de pudrición por el exceso de agua en él.
Entre los dos progenitores podemos discernir la reafirmación de autoridad del padre y la proyección de los problemas de la madre en su hijo. Estas acciones representadas en mi cartel contradicen la teoría de Aristóteles, pues el padre no buscaba la felicidad de su hijo, sino su propio bienestar (actuando con un exceso de protección), y la madre, aun cuando buscaba la felicidad del otro, descuida la suya y actúa igualmente que en el caso anterior realizando una acción excesiva, produciendo en su propia persona algo parecido al “síndrome del cuidador”.
Concluyendo, con mi cartel pretendo mostrar cómo la sobreprotección contradice la idea de virtud aristotélica, ya que los progenitores actúan de forma excesiva, persiguiendo con su acción (inconsciente, en muchos casos, y no actuando conforme a la razón, que es la virtud más importante) un resultado poco satisfactorio para sus hijos e hijas, que en la mayoría de las veces, no conduce a la felicidad. Recordando que para Aristóteles la felicidad es el fin último y el propósito más elevado de la vida.
Segundo premio: Daniela Valdeolivas Gascueña, del IES Isabel la Católica.

En mi cartel he decidido utilizar como recurso visual una metaimagen en la que existen tres niveles semánticos que se sigue una evolución. He tomado como referencia la espiral de Arquímedes, por lo que partiendo de la imagen central se desarrolla un movimiento constante y uniforme. La espiral nos da a entender un concepto atribuido por Platón al filósofo griego Heráclito, cuya opinión dicta que todo está en un cambio continuo.
Al empezar a analizar la imagen los cuidados comienzan por uno mismo (imagen interior e inicio de la espiral), no sólo para ser capaces de cuidar a los demás, sino también para sentirse bien con uno mismo. En un segundo nivel la ilustración continúa con el cuidado del otro, como se puede observar en la segunda imagen dónde se ve a la persona de la imagen anterior saliendo de su marco para cuidar de otra que está “rota”. Continuando con la espiral en la tercera y última imagen, las mismas personas ya sanas como resultado del cuidado aparecen en un fondo natural representando el cuidado del entorno. Debido a las consecuencias del cambio climático el cuidado medioambiental se ha vuelto una necesidad, por lo que cuidar el medio ambiente es cuidarse a uno mismo, recrearse en aquello que es esencial para la vida. Por nuestro bienestar, el de nuestro entorno y el de todos los seres vivos, hay que tomar conciencia de preservar lo que nos rodea.
En definitiva, quiero hacer ver con mi propuesta para la Olimpiada Filosófica de este año, que el cambio de paradigma comienza por cuidarnos a nosotros mismos para ser capaces de cuidar a los demás y simultáneamente del medioambiente, ya que cuidándonos a nosotros mismos también estaremos cuidando lo que nos rodea.
Para finalizar, podemos pensar en la famosa frase de José Ortega y Gasset: «Yo soy yo y mi circunstancia, y si no la salvo a ella no me salvo yo». Lo que Ortega quiere decir es que una persona no puede separarse de su entorno y de las personas que la rodean. Por eso, al cuidar a los demás y al proteger el medio ambiente, no solo estamos ayudando a esas otras partes de nuestra vida, sino que también estamos cuidándonos a nosotros mismos.
Tercer premio: Nerea Gutiérrez Llorente, del IES Sevilla la Nueva.

El laberinto de los cuidados
El cerebro humano, como un laberinto, refleja la complejidad de los cuidados. Cada camino, cada rincón, representa un acto de empatía, solidaridad o responsabilidad.
Los cuidados son el hilo conductor que nos guía a través de este laberinto, recordándonos que, aunque parezca que caminamos solos, siempre dependemos de los demás para encontrar la salida.
En este laberinto no hay atajos. El cuidado exige paciencia, compasión y un reconocimiento mutuo de nuestra fragilidad. Cada decisión dentro de él moldea nuestra humanidad: elegir cuidar es elegir construir puentes en lugar de muros, aceptar que nuestras vidas no son líneas rectas, sino trayectorias entrelazadas con los demás.
Así como un laberinto desafía a quien lo recorre, los cuidados nos confrontan con la responsabilidad de sostenernos unos a otros. En ese desafío reside la grandeza del ser humano: hallar sentido no en la salida, sino en los actos de cuidado que trazan nuestro recorrido.